por Tato Laviera
yo me defiendo por tu nombre, ¿sabes?
entro a tu isla, me siento extraño, ¿sabes?
pero tú con tus calumnias,
me niegas tu sonrisa,
me siento mal, agallao,
yo soy tu hijo,
de una migración,
pecado forzado,
me mandaste a nacer nativo en otras tierras,
por qué, porque éramos pobres, ¿verdad?
porque tú querías vaciarte de tu gente pobre,
ahora regreso, con un corazón boricua, y tú,
me desprecias, me miras mal, me atacas mi hablar
,
mientras comes mcdonalds en discotecas americanas,
mientras comes mcdonalds en discotecas americanas,
y no pude bailar la salsa en san juan, la que yo
bailo en mis barrios llenos de tus costumbres,
así que, si tú no me quieres, pues yo tengo
un puerto rico sabrosísimo en que buscar refugio
en nueva york, y en muchos otros callejones
que honran tu presencia, preservando todos
tus valores, así que, por favor, no me
hagas sufrir, ¿sabes?
Sinópsis:
El poema “Niuyorican” por Tato Laviera, habla sobre los sentimientos que tiene una persona al emigrar a otro país; en este caso, de Puerto Rico a Nueva York. Explica el porqué de la emigración: “me mandaste anacer nativo en otras tierras, por qué, porque éramos pobres, ¿verdad? porque tú querías vaciarte de tu gente pobre”. También, de cómo viven los puertorriqueños que nacieron en otro país por la emigración de sus padres. Basicamente, lo que le ocurrió a él. “Así que, si tú no me quieres, pues yo tengo un Puerto Rico sabrosísimo en que buscar refugio en Nueva York, y en muchos otros callejones que honran tu presencia, preservando todos tus valores“ y las cosas que extraña “mientras comes mcdonalds en discotecas americanas, y no pude bailar la salsa en san juan, la que yo bailo en mis barrios llenos de tus costumbres”.
-L.P
Me identifico un poco con este poema. SOY BORICUA que nació en Chicago. Cuando vine a vivir a Puerto Rico, ya no era puertorriqueña sino una “gringa” o “niuyorican”. Irónicamente, en los Estados Unidos era puertorriqueña. Claro que había cosas con la que no me podía identificar, como las canciones que aprendes en la escuela, ya que llegué cuando iba cursar mi cuarto año de escuela superior, el himno, los cuentos y muchas cosas más.
ResponderBorrarSin embargo, mi familia mantuvo muchas de las tradiciones de la isla allá en la Ciudad de los Vientos. La comida era mayormente la misma que se come en la isla, se hablaba español y aunque usted no lo crea, con el frio que hace en Chicago en las Navidades, traían parrandas. Mi madre nos llevaba a mi hermana y a mí a la parrada puertorriqueña todos los años. Mi tía se preocupó en darnos clase de español en la casa. Aprendí a bailar hasta salsa. Fui muy bendecida.
Vivo agradecida de haber nacido en los Estados Unidos y de todo lo que me dio. Pero como diría el poeta Juan Antonio Corretjer, “yo sería borincano aunque naciera en la luna”.